Los aislamientos térmicos reflexivos son un tipo de aislantes térmicos que han llegado al sector de la construcción para quedarse. Nuestra experiencia como instaladores de este nuevo material nos hace pensar que desplazarán a los aislantes tradicionales, al menos a corto plazo, gracias a su excelente comportamiento mediante espesores francamente mínimos.

Este nuevo tipo de aislamiento funciona apoyándose en el principio físico de la reflexión, por el cual la transmisión de calor mediante radiación se ve considerablemente reducida al devolver hacia la cara emisora la práctica totalidad de la energía radiante. Su doble membrana de aluminio posibilita este óptimo comportamiento, llegando a alcanzar un coeficiente de reflexión entorno al 97% de la energía radiante incidente.

Sus dos caras de aluminio, material de baja emisividad, junto a su alma de burbujas de aire y FOAM (espuma viscoeslástica de poliuretano) o matriz de polietileno, según el fabricante, hace que tenga además una buena actuación desde el punto de vista de la conducción y convección térmica. A estas ventajas, debemos sumarle la gran flexibilidad del material, debido a su bajo espesor, lo que posibilita una cómoda y rápida puesta en obra. Además, es un material hidrófobo, resistente e hipoalergénico, al estar deprovisto de fibras dañinas para la piel. Características todas ellas que marcan la diferencia respecto al resto de aislamientos genéricos.

Su aplicación es muy versátil, pudiéndose colocar perfectamente en paredes, fachadas, cubiertas, suelos o techos. Hace pocos días volvimos a recomendarlo en obra y hemos quedado muy satisfechos del resultado alcanzado. Concretamente en nuestra obra de Utrera. De allí son las fotos que os traemos en esta noticia.